viernes, 10 de septiembre de 2010

DOLOR DE CABALLO

Se trata de molestia que aparece entre la parte baja de las costillas, abdomen y espalda, sobre todo en personas con mala condición física que hacen ejercicio o esfuerzos considerables, y aunque es un problema que no genera mayor complicación, ocasiona la suspensión momentánea de la actividad que se realiza, cuando es muy intenso, ocasiona gran nerviosismo porque se confunde con lesiones musculares en hombros o espalda e, incluso, con angina de pecho (falla parcial en el suministro de sangre al músculo cardiaco). Sin embargo, hay que destacar que se trata de un problema leve que no tiene por qué causar alarma y el cual puede evitarse mediante atenciones adecuadas.
Dicho evento ocurre porque el diafragma es friccionado o golpeado constantemente por los órganos abdominales durante la realización de ejercicio intenso o que exigen gran movilidad y, ante todo, por algunos errores que se relacionan con falta de condición física e inexperiencia del ejecutante:
    * Tomar aire por la boca. Es común en practicantes noveles que sienten que les falta oxígeno, pero con esto sólo consiguen que su estómago e intestinos se llenen de gas, aumenten de volumen y, por ende, empujen hacia arriba al hígado, que genera molestias en el músculo interno del tórax al correr o saltar.
    * Comer antes o durante la realización de ejercicio. En este caso también hay dilatación de órganos abdominales, sólo que suele ser de mayor duración que en el caso anterior. Se debe tomar en cuenta que el sistema digestivo trabaja con lentitud durante la realización de actividad física, pues el flujo sanguíneo se dirige a los grandes grupos musculares del organismo, no a las vísceras.
    * Calmar la sed con bebidas gaseosas y/o muy dulces. El azúcar, al igual que los alimentos, debe ser procesada por estómago e intestinos, en tanto que el agua carbonatada forma gas y aumenta el volumen de los órganos involucrados en la digestión.
    * Control inadecuado de la respiración. Cambiar de ritmo al tomar o expulsar aire, así como forzar la capacidad de los pulmones, ocasiona que el diafragma sufra cansancio y dolor.
    * Realizar esfuerzos excesivos. Períodos prolongados e intensos de actividad hacen que un deportista comience a tomar aire por la boca, ingiera líquidos o agote a su diafragma ante la exigencia.

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